miércoles, 22 de octubre de 2008

III Encuentro del Ciclo/Viernes de Brujas

Las brujas no existen, pero...


El viernes 17 de octubre en nuestro III encuentro del Ciclo "De Historias de Mujeres y Mujeres en la Historia" se abordó el tema de la brujería, la magia, la histeria y el cuerpo de las mujeres.

Aquí publicamos un conjuro en honor a las bruxas y meigas gallegas.



¡Conjurémonos!
Apelemos a las mujeres de Galicia, a las viudas de los vivos, a las meigas, a todas las heroínas que dejaron su vida en el tortuoso sendera de la búsqueda de la luz, sin perder la ESPERANZA..
A
la madre de la esperanza: Pandora
A la extraditada del Paraíso: Eva la pecadora
A la que quemaron viva en la hoguera,: María Soliño, la meiga
A la heroína:, María Pita, la guerrillera
A la reivindicativa: Concepción Arenal
A la soñadora, Rosalía Castro
Que sus espíritus renazcan en las llamas de esta queimada y nos embriague de esperanzas en un mundo donde el conocimiento sea LUZ.


También publicamos como ejemplo de lo que fue trabajado durante el encuentro un ejemplo de los procesos que se desarrollaban contra las mujeres en caso de brujería:

Los procesos en caso de brujería se hacían según el siguiente sistema:

Prueba del agua, escrito de Hermann Neuwalt, Helmstedt 1581

  1. Acusación. A menudo precedía a la acusación una fase de rumores que podía durar años. La acusación podía ser debida a una denuncia de una bruja que ya había sido detenida, posiblemente bajo tortura. Rara vez se permitía a las presuntas brujas una defensa.
  2. Detención. Las cárceles, en el sentido moderno, todavía no existían, por lo que se mantenía a los presos en mazmorras o torres. Las llamadas torres de brujas que todavía se conocen en muchos lugares, no eran exclusivamente para brujas, sino eran para todo tipo de prisioneros. A menudo eran simples torres de las murallas de la ciudad.
  3. Interrogatorio. Normalmente se distinguían tres fases: el interrogatorio por las buenas, el interrogatorio con explicación y muestra de los instrumentos de tortura y el interrogatorio doloroso, en la que se empleaba la tortura. En los casos de procesos a brujas, la limitación a una hora no era respetada, ya que se trataba de crimen exceptum (crímenes excepcionales), lo que exigía una dureza especial. A menudo se empleaban las empulgueras, la rueda, el potro y la bota española. Tampoco se respetaba la regla habitual de que sólo se podía torturar a un preso tres veces y, si hasta ese momento no se había producido una confesión, liberar al preso. En el Malleus maleficarum se recomendaba declarar la retoma ilegal de la tortura son pruebas nuevas como una continuación.
  4. Pruebas a las brujas. Los procesos oficiales no prevían las pruebas de brujas, de hecho estaba prohibido su uso. Sin embargo muchos tribunales en diversos lugares emplearon este elemento. La valoración de las pruebas era tan distinta como su empleo. A veces se empleaban como prueba fuerte, a veces como prueba débil. Las siguientes son las más conocidas:
    • Prueba del agua (judicium aquae, también llamada baño de la bruja), de la que existían dos variantes. Con agua caliente, la bruja debía sacar un objeto del agua hirviendo. Con agua fría, se descendía a la bruja atada a un pozo y si se hundía resultaba inocente (proceso en el que podía morir ahogada).
    • Prueba del fuego (empleada rara vez) agrupa a diversas pruebas en las que la bruja tenia que andar sobre o transportar hierro candente o meter la mano en el fuego.
    • Prueba de la aguja. Si se encontraba una marca del Demonio, se pinchaba con un hierro. Si la zona sangraba se consideraba buena señal.
    • Prueba de las lágrimas, puesto que se creía que las brujas no podían llorar.
    • Prueba del peso, porque se afirmaba que una bruja no podía pesar más de 5 kg., ya que tenía que poder flotar (prueba del agua) y volar.
  5. Confesión. A comienzos del Renacimiento, nadie podía ser juzgado sin confesión – lo que también era válido para las brujas. Pero, debido a que se ignoraban las habituales reglas durante la tortura, la probabilidad de obtener una confesión se multiplicaba enormemente con respecto a los procesos normales.
  6. Interrogatorio para obtener cómplices. Ya que según la ciencia de las brujas, las brujas debían encontrarse en aquelarres y por lo tanto una bruja debía conocer a otras. En un segundo interrogatorio se preguntaba a las acusadas por los nombres de otras brujas o brujos, a veces bajo nuevas torturas. Así se alargaba siempre más la lista de sospechosas, ya que, bajo tortura, siempre se acusaba a más personas. El resultado eran procesos en cadena.
  7. Condena.
  8. Ajusticiamiento. Al delito de brujería le correspondía muerte por fuego, es decir, la hoguera, en la que eran quemadas vivas. Como acto piadoso se consideraba el cortar la cabeza o ahogar antes o colgar un saco de pólvora al cuello.


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