viernes, 31 de octubre de 2008

Agrupación de Mujeres Boliviana invita a la Feria de Platos Andinos



Q' Amasan Warmi

Agrupación de Mujeres Bolivianas



las/os invita :

Carhué 2679

Alt Av. de los Corrales 7000

FERIA DEL PLATO ANDINO, en su nueva casa:





Platos:



Peske (quínoa con leche o tuco)

Ají de trigo

Ispi (cornalitos servidos con mote y chuño)

Pejerey con mote y chuño y otras comidas típicas



Este grupo de mujeres tiene por objetivo llevara adelante la Casa de la Mujer Boliviana en Buenos Aires y recuperar la cultura ancestral aymara.



Juntas, para conocer y conocernos mejor, en la diversidad de haceres, saberes y sabores.



Domingo 2 de noviembre desde las 10 de la mañana

Casa de Q´Amasan Warmi

(y......hasta finalizar la venta....)

Las froteras que cruzan las mujeres migrantes por Cristina Reges

XI Congreso Metropolitano de Psicología de Buenos Aires. APBA. 2008

Las fronteras que cruzan las mujeres migrantes

Lic. Cristina Zulma Reges


Palabras clave:

Subjetividad, mujeres migrantes, género, etnia, transición, proyecto migratorio, migraciones.



Desde mi experiencia de trabajo con mujeres migrantes, planteo algunas reflexiones sobre estas mujeres de allá y de acá.


En los últimos años las mujeres migran, mayoritariamente, según un patrón autónomo y no asociativo, entonces lo recurrente es la mención de la feminización de las migraciones, una conceptualización amenazada por el vacío de contenido si no se deconstruye analizando, también, sentimientos, emociones y sistemas de sociabilidad. Si las mujeres han sido invisibilizadas en los estudios migratorios, parece difícil el análisis de esta otra forma de migrar desde modalidades y miradas que, aún desde un enfoque de género, no se despojan de prejuicios y ortodoxias propias del modelo hegemónico, y no involucran el mundo de la intimidad, de la cotidianeidad.


Ellas llegan a esta Ciudad desde diferentes lugares de América, como otras lo hicieron antes desde Europa, dejando parientes, paisajes, olores, colores, sabores, amores, entonces no tomar en cuenta la diversidad cultural y el impacto diferencial por género de la migración es una forma de violencia simbólica.


Este trabajo intenta reflexionar sobre algunas formas de relaciones que tejen estas mujeres en la interacción entre los sistemas de desigualdad de género, clase y etnia de la sociedad receptora y de la de origen, considerando especialmente el impacto de la migración en la subjetividad de las mujeres, y en algunas modalidades para reconstruir y resignificar el proyecto migratorio, en el espacio de lo público y de lo privado.


¿Qué implica para las mujeres que migran la transición entre lo perdido y lo hallado? ¿Cómo influyen los sistemas de género?


¿De qué hablamos cuando nos referimos a la feminización de las migraciones?


¿Sirven las estadísticas para dar cuenta de un fenómeno que, si bien es creciente en términos numéricos, implica un alto costo psíquico para quienes lo protagonizan? ¿Cómo hacen para reconstruirse? ¿De la feminización a la generización de las migraciones?


La incorporación del género como categoría de análisis ha enriquecido las perspectivas teóricas, y estas nuevas miradas sobre las situaciones que atraviesan mujeres y varones al migrar esclarecen aspectos poco abordados en los estudios clásicos: las relaciones de poder, de género y la división sexual del trabajo estructuran los procesos migratorios.


Tradicionalmente se ha adjudicado la decisión de las mujeres de migrar al objetivo de la reunificación familiar, estableciendo la clásica dicotomía entre producción y reproducción en tanto la migración del varón es caracterizada como económica, inserta en el espacio de lo público. Es decir los varones tendrían motivaciones de índole social, económica o política, mientras que las motivaciones de las mujeres al mantenerse dentro del espacio de lo privado, se instalarían también en el lado menos valorado de este par dicotómico que no solo diferencia, sino que también jerarquiza. Entonces estas motivaciones no son objeto de un estudio científico o un análisis específico.


Si ahora muchas mujeres migran solas y son razones de índole económico las que impulsan esta decisión, uno de los los objetivos es enviar las remesas que sostienen a su unidad doméstica de orígen donde hay quedado hijas/os al cuidado de otra mujer de la familia, por lo tanto, el fenómeno universal de la feminización de las migraciones ofrece múltiples variables de estudio y abordaje:


¿Cómo influyen los sentimientos, las emociones, los sistemas de sociabilidad y la diversidad cultural en sus relaciones de intercambio con una sociedad nueva, diferente, atractiva y hostil? ¿La mujeres son más autónomas por el contacto con una sociedad “más moderna “, dejando atrás modos de vida más tradicionales? ¿Son homologables estas situaciones a las que atravesaron otras mujeres que vinieron en otro momento histórico y otros contextos familiares y sociales?


Carmen Gregorio Gil (1996) introduce el concepto de generización de las migraciones para referirse al estudio del fenómeno migratorio desde una perspectiva feminista que analiza el sistema de género como principio organizador de las migraciones.


La feminización de las migraciones alude a un fenómeno creciente en términos numéricos, que puede ser estudiado desde un marco teórico que podría o no dar lugar a un análisis con perspectiva de género. El cambio en las relaciones de género como consecuencia de la migración es, aún, un interrogante con más dudas que certezas, para empezar a hallar respuestas debemos problematizar algunas cuestiones, como las modalidades de intervención con las que interactuamos con las mujeres migrantes, entendiéndolo como un colectivo heterogéneo. Siguiendo el planteo de Ana Fernández (1994) se podría decir que La Mujer Migrante es una ilusión producto del conflicto entre los mitos del imaginario social, las teorías androcéntricas sobre la migración y los discursos totalizadores. Existe, entonces, el riesgo de diseñar políticas y otras modalidades de intervención destinadas a la integración de las migrantes pensando en esa abstracción denominada La Mujer Migrante.


Algunas modificaciones podrían darse a partir de acciones e intervenciones no subordinadas al estereotipo y que promuevan el empoderamiento. Esta conceptualización requiere de algunas precisiones. Pensado como procesos de superación de desigualdades de género, son caminos que van de lo personal a lo social, decir empoderamiento es aludir al poder y a la desigualdad, no se trata sólo de mejorar la autoestima, sino de construir estrategias desde el poder interior para poder tomar decisiones que influyan en ellas y en el mundo externo, devolviéndole sentido a la idea de que lo personal es político.


En la participación social , las mujeres migrantes suelen articular en sus prácticas la realización de acciones concretas con el lenguaje de las emociones, vinculando esta ética del cuidado (Guilligan. 1969) con la ética de los derechos, asociando la redistribución al reconocimiento se posibilita una real ampliación de la ciudadanía que incluya la equidad de género.


En las organizaciones de colectividades también es posible observar el creciente protagonismo de las mujeres, que generan espacios de participación dentro de estructuras jerárquicas y patriarcales. Su protagonismo está dado por la movilización, el compromiso, la lucha por mayor igualdad, el acceso a una plena ciudadanía. Pero también porque ponen la mirada en aspectos relacionados con el mejoramiento de la vida cotidiana, situaciones de la intimidad que, de alguna manera, poniéndolas en juego, visibilizándolas, cobran dimensión política. Ponen en marcha, de alguna manera, instancias que tienen que ver con su proyecto migratorio, mejorar sus vidas en el ámbito de lo doméstico y encontrar formas de inserción en el mundo laboral para mejorar también la vida de sus familias.


La mayoría de las mujeres que ocupa lugares de referencia no tenía roles de liderazgo en sus países de origen. Acá asumen un papel protagónico para sus colectividades y/o vecinos / as y para sus familias: la unidad doméstica local y la que quedó en el país de orígen.


Esta autonomía ligada al espacio público no parece operar de igual modo en el ámbito doméstico. Ahí la capacidad de negociación, la tramitación de las relaciones de género, se subordinan al mito fundante de la subjetividad femenina.


Los mitos del imaginario social operan eficazmente en la creación del proyecto migratorio y en la trama vincular, social y laboral en la que las mujeres extranjeras se incluyen. Ni para que aquellas que vinieron de Europa dentro de las históricas oleadas migratorias constructoras de parte de nuestra identidad ni para quienes protagonizan actualmente la feminización de las migraciones lo hallado forma parte del sueño que armó el proyecto migratorio. Ha sido necesario reconstruirlo y esta transición entre lo soñado y lo hallado es un camino de obstáculos pero también de recuperación de lo perdido en lo encontrado.


La migración conlleva dejar atrás vínculos, profundas raíces personales, sociales y culturales. Se pierde la continuidad de la propia historia vivida en el lugar donde transcurrió. Implica poder soportar la distancia de aquello que hasta ahora se había dado por seguro, arriesgarse a lo nuevo, atreverse a la incertidumbre y a construir un nuevo entramado interno y externo de certezas y de vínculos.


Para la sociedad receptora es también atreverse a conocer a otras y a otros. Conocer, aprender, escuchar, salirse de algunos encuadres teóricos tradicionales y, en el caso de nuestro país, recurrir a la memoria.


Comprender lo que significa ser diferente es doloroso, se pueden analizar varios momentos de este pasaje. Durante la primera etapa tratan de no manifestarse como tan diferentes, copian, callan, imitan, para así poder convivir con la nueva cultura y ser aceptadas, se mimetizan, desarrollando, a veces, una capacidad camaleónica. (Roberto García. 2006).


Atraviesan por una paranoia transitoria, se sienten continuamente observadas, crean una personalidad parecida a la de las y los ciudadanos / as del lugar de recepción, y sólo pueden, a veces, mostrarse más auténticas/os con sus compatriotas, lo que se podría relacionar con el concepto winicottiano del falso self. Una forma adaptativa de mostrarse que, utilizándola en el sentido favorable, permite proteger el verdadero self. (Winnicott. 1969) Parecer no es ser. No ser distinto/a para ser incluido/a.


En un segundo momento aparecen diferentes “intentos de integración”, y a veces, aún a pesar de tener éxitos profesionales y personales sienten que no están haciendo lo que la sociedad de orígen esperaba de ellos /as. Transitar este camino de reconstrucción implica recrear, reconstituir lo conocido, crear lo soñado, resignificándolo en un nuevo contexto.


Se trata de una modalidad reconstructiva de la pérdida. Como sujetos deben hacer activa la pérdida, los cambios, la tristeza, la desubicación, el vacío. Además, esta reconstrucción tiene que llevarse a cabo en una cultura nueva. Es un sentir y es un hacer. Y es un hacer nuevo. En esta tarea de afrontamiento, en este recorrido del desapego a la reconstrucción, se juega casi todo el proyecto migratorio.


Las mujeres siempre fueron parte de los procesos migratorios pero los modelos clásicos de interpretación comprendían al traslado de esta mujeres como dependiente de la migración masculina, la única considerada para el análisis, si venían siguiendo un patrón asociativo, en cadena, después del varón, jefe de familia, se dio por hecho que esta decisión es jerárquicamente menos importante y el análisis de su rol quedó subordinado al del sostenimiento familiar, de las tradiciones, de la reproducción, o sea, fuera de la historia oficial de las migraciones, este aspecto es homologable al tratamiento que se le da al rol de las mujeres en la denominada feminización de las migraciones, desde una perspectiva que no incluya el enfoque de género y el análisis de la subjetividad.


Pensando en el colectivo de mujeres migrantes latinoamericanas se pueden señalar algunas características: para muchas de estas mujeres la maternidad es la forma más legitimada de ser reconocidas, otro dato que da cuenta de la importancia de incluir la consideración aspectos más ligados a la intimidad. Facilitar construcciones individuales, sociales y colectivas, redes que les permitan elegir desde que proyecto de vida ser reconocidas, entonces, posibilitaría iniciar caminos que lleven a producir modificaciones en las relaciones de género.


No obstante, el respeto a la diversidad no implica legitimar la subordinación o relativizar situaciones de riesgo, si exige revisar como interactuamos con prácticas e ideologías que son el producto de procesos de socialización y subjetivación desarrollados en otros contextos individuales, sociales, económicos, culturales, distintos, diferentes. Reconocer la diferencia hecha desigualdad considerando la extranjeridad, la diversidad cultural, no implica tampoco etnizar las problemáticas personales y sociales, confundiendo diversidad con desigualdad.


Finalmente, es importante no perder de vista que todas las mujeres hemos sido históricamente extranjeras en nuestros países. (Dolores Juliano. 1997).


De diversas maneras hemos ido creando y recreando espacios de encuentro y de contención desde siempre, algunos de estos espacios son más formales y tienen por objetivo hablar desde la propia voz con un discurso de derechos.


Estas redes de contención y de acción permiten, en muchos casos, desarrollar espacios de autonomía, ir poco a poco modificando algunas relaciones de género. Algunas de estas migrantes encontraron la posibilidad de descubrir que pueden, hallaron también, en esta crisis, una oportunidad.


El mundo de lo doméstico, de la intimidad, parece ser más rígido y menos permeable para poner en juego otras formas de vincularse.


Las mujeres migrantes han cruzado varias fronteras, los límites geográficos también construidos histórica y socialmente, y algunas otras, atravesando pautas culturales que no propician la autonomía. Para ellas, que son de allá y de acá hay más fronteras a cruzar, son fronteras borrosas o invisibles, de cristal, pero también ponen límites, límites para el acceso a espacios, recursos y oportunidades. Estas fronteras son arbitrarios culturales (Dolores Juliano. 1997) que todas las mujeres debemos atravesar para poder construir un proyecto de vida propio. También para seguir encontrando respuestas y planteando más interrogantes.



BIBLIOGRAFÍA




Barrancos, Dora: “Las collas: Producción y reproducción en el conurbano bonaerense”, en Mary Nash (compiladora). Universidad del País Vasco. 2002.

Beltrán, María Elena y Reges Cristina: “Mujeres migrantes en la Ciudad de Buenos Aires. Género, integración y discriminación”, en Beltrán M. E. y Reges Cristina: Buenos Aires, Ciudad con Migrantes. DGMujer. “TODAS”. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 2003.

Burín Mabel y Meler Irene: Género y Familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad. Paidós. 1998.

Chejter, Silvia: “Prólogo” en: Migración, globalización y género en Argentina y Chile. Cecym, Cotidiano Mujer, Fundación Instituto de la Mujer (Chile). REPEN (Uruguay). Buenos Aires.2005.

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García Roberto: “De ambos lados del puente. (Psicopatología de las migraciones)”, Perspectivas Sistémicas. Nº 92. Buenos Aires. 2006.

Gilligan, Carol: La moral y la teoría. Psicología del desarrollo femenino. Fondo de cultura económica. 1986.

Gregorio Gil, Carmen: Migración Femenina. Su impacto en las relaciones de género. Narcea. Madrid. 1996.

Juliano, Dolores: “Fronteras de género” en Maquiera, Virginia y Vara, María Jesús: Género, clase y etnia en los nuevos procesos de globalización. Instituto Universitario de estudios de la mujer. Madrid 1997.

Lamas, Marta: “La antropología feminista y la categoría de género”, en Lamas Marta. (comp.): El género: La construcción cultural de la diferencia sexual. UNAM. México 1996.

Mamani, Emiliana: “soledad y tres caminos” en Fernández Carpio, Angélica (comp.): Historias de vida de inmigrantes bolivianos. Vocero Boliviano. Buenos Aires. 2005.

Meler, Irene: “Construcción del género. Debates teóricos: sus correlatos clínicos y políticos”. V Jornadas de actualización del Foro de psicoanálisis y género. APBA.

Poggio Sara y Woo Ofelia: Migración femenina hacia EUA. Edamex. 2000.

Volnovich, Juan Carlos: , querida. El poder de los sometidos. Sudamericana. Buenos Aires. 2003.

Winnicott, Donald . De la pediatría al psicoanálisis. Paidós 1969.


Lic. Cristina Zulma Reges

cristinareges@yahoo.com.ar

§ Lic. en Psicopedagogía. Universidad del Salvador. (USAL).

§ España: Homologación de títulos extranjeros: Lic. en Psicología.

§ Diplomada en Estudios Interdisciplinarios de Género. Programa de Estudios de Género y Subjetividad. I. de Altos Estudios en Psicología y Cs. Sociales. (UCES).

  • Formación de Formadores/as. UNSAM / UNICEF.
  • Coordinadora Proyecto TODAS. -Por la Integración Con Mujeres Migrantes- Área de Desarrollo Comunitario y Género. Dirección General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. todas.dgmuj@gmail.com
  • Integrante del Equipo del Plan de Igualdad de Oportunidades y de Trato de la Ciudad de Buenos Aires. Responsable del diseño y ejecución de la capacitación para funcionarios /as en igualdad de oportunidades y transversalidad de género.
  • Docente en Género. Género y migración. Historia de las Mujeres. Transversalidad de género en las políticas públicas. Gob. C. A. B. A.
  • Fundadora y Coordinación de la Red “Mujeres por la Integración”. mujeresporlaintegracion@gmail.com

jueves, 30 de octubre de 2008

Ciclo "De Historias de Mujeres..." viernes 31 de octubre

DE HISTORIAS DE MUJERES Y MUJERES EN LA HISTORIA

Luchas, Logros y Desafíos


Viernes 31 de Octubre


Mujeres de América: Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, Flora Tristán, Juana Azurduy, las Bartolinas, las "Residentas".


Invitadas: Ramona Álvarez Fleitas (Organización paraguaya "ORERAPE"), Zulema Montero (Organización Boliviana "Yanapacuna"), Olinda Pérez (Mujeres Peruanas Unidas Migrantes y Refugiadas).

Con ellas y con otras mujeres de Bolivia, Paraguay, Perú y de nuestra América, compartiremos el recorrido de algunas mujeres de la historia americana y de las mujeres migrantes....

Lugar: Asociación Nacional Italiana: Alsina 1465.



17.30 a 20.30 hs.


Consultas: 4 394 0824 y 4 323 8000 int. 4058.

Organizan:

TODAS

Área de Desarrollo Comunitario y Género.

Dirección General de la Mujer.

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.



Coordinamento Donne italo argentinas.

FOEMINAS (Revista virtual de género de Lugo).

Mujeres Por la Integración.



Con el auspicio:

Xunta de Galicia. Delegación en Buenos Aires.

COMITES (Organismo para las/os italianos/as en el exterior).


Sor Juana Inés de la Cruz


Historia de Mujeres



Sor Juana Inés de la Cruz



Todos los años de ocultamiento contribuyeron en mayor o menor medida a forjar ciertos mitos acerca de figuras femeninas, y la historia que presentaremos no resulta ser la excepción. De esta manera, y a partir de un acto de irreverencia histórica se mezclan nuevamente los episodios y los hechos, unas vez más, hacen que las voces se confundan. Mujeres actuales, recientes, del pasado inmediato y lejano se plantan ante nuestros ojos, para agonizar, revivir, dar fuerza a la historia y cobrar importancia a partir de ésta.
Hoy, nuevamente, desde estas páginas intentamos desbaratar el sentido oficial de los acontecimientos. Con esta firme convicción las historias y las mujeres nacen y mueren, conviven y debaten en la vida de Sor Juana Inés de la Cruz.


Yo, la peor de todas


Yo, la peor de todas (1990) es el título del film cuyo uión y dirección le corresponden a la recordada cineasta argentina María Luisa Bemberg (1922-1995).
El film narra los últimos ocho años de vida de Sor Juana Inés de la Cruz, poeta, religiosa y figura destacada de México en el siglo XVII. La mirada está puesta, fundamentalmente, en los problemas con el obispo inquisidor Seixas y sus luchas por aprender y escribir, que fueron la razón y la base de su existencia.
Y a partir, precisamente, de este dato comenzamos nuestro sinuoso camino. Un camino donde las fuentes, al igual que muchas de las historias de mujeres que reescribimos en esta sección, son siempre un gran interrogante. Sin embargo, el enigma sienta muy bien a este tipo de personajes, ya que torna un carácter abierto, sin cristalizaciones de ningún tipo. Aunque, el problema central siga siendo la inequidad histórica como producto de tantas otras inequidades tan comentadas a lo largo de nuestras publicaciones. Debido, indudablemente, a este desencuentro entre la justicia histórica y la mujer, y por la censura, el olvido, el ocultamiento nos vemos obligadas/os a recurrir al antiguo arte de la reconstrucción.
Por eso comenzamos esta historia en la historia de otras mujeres, esta es nuestra mayor elección simbólica.
Las películas de María Luisa Bemberg están centradas en el problema del poder de las instituciones sociales, el sometimiento y la represión de las mujeres a lo largo de la historia de la humanidad.
María Luisa Bemberg no se destacó solamente como cineasta. Se destacó en teatro, siendo fundadora y productora del Teatro del Globo en Argentina. La censura como mujer, como feminista y como artista la tocó bien de cerca y en la década del 70, fue a estudiar a la academia de actores de Lee Strasberg en Nueva York.
La cineasta fue además fundadora de la Unión de Feministas Argentinas y es una de las co-fundadoras del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. El reconocimiento internacional le llega a través de Camila (1984), película que recibió una nominación al Oscar, y que narra la vida y el fusilamiento de una mujer de la sociedad: Camila O´Gorman (1828-1848) quien se enamora de un sacerdote. Cabe destacar que este fue un hecho real ocurrido durante el siglo XIX. Todas las películas de Bemberg marcan este triste recorrido de las mujeres para lograr su igualdad.
Una de las preocupaciones de la directora fue exhibir en Yo, la peor de todas, la voluntad de la protagonista, es decir, la voluntad de Sor Juana, o la Décima Musa, como la llamaban, en no permitir doblegar sus ideales, aun con la terrible oposición social y cultural de la época. De esta manera la vida de Sor Juana Inés de la Cruz se construye al igual que la vida de la propia Bemberg en una lucha desigual de antemano entre el poder y las mujeres.
De esta manera, María Luisa Bemberg recogió el guante que dejó Sor Juana y Camila O´Gorman al expresar en una entrevista en el año 1986: "mi cine está comprometido con la ideología feminista".
Por eso una de las escenas fundamentales es la de Sor Juana niña, una escena que reconstruye un pasado que se reitera en su presente y que también se vincula a la lucha de la cineasta por la igualdad sexual. De este modo, la adulta (Sor Juana) rememora cuando era niña (Juana) y planeaba vestirse de hombre para poder ir a la escuela y estudiar. Este rasgo la emparenta con otra gran luchadora por la igualdad en el conocimiento entre hombres y mujeres como fue Concepción Arenal (1820-1893), a quien ya nos hemos referidos en el número 3 de Foeminas.
Concepción Arenal, con un siglo de diferencia, tuvo que utilizar ropas de hombre para poder asistir a las clases en la universidad, ya que lo otro era absolutamente impensable.
Recordar la historia de Sor Juana es posicionarse lejos, en un pasado que en muchas oportunidades se describe cercano.
Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695, San Miguel Nepantla) es principalmente, la primera mujer reconocida de la Nueva España (México) que se dedica de forma desgarradora a las letras y se destaca como poeta. Otro de los apelativos utilizados para referirse a Sor Juana fue la Poeta mexicana. Ha sido considerada, también, como la escritora más importante de habla hipana del siglo XVII, y según observaciones de Octavio Paz fue "el escritor más importante de Nueva España". (Tanto el subrayado como las letras en negrita son mías y son utilizadas para destacar el uso del género masculino como rasgo universal). No obstante, Octavio Paz dijo también refiriéndose a Sor Juana que "por primera vez en la historia de nuestra literatura, una mujer habla en nombre propio".
Pero, retornando los orígenes de Sor Juana estos deben servir para contextualizar su historia. Por eso, comenzaré diciendo que su nombre completo fue Doña Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana. De padre de origen vasco, Don Pedro Manuel de Asbaje, y madre, criolla, Isabel Ramírez de Santillana. La madre de Sor Juana tuvo dos esposos y seis hijos/as, pero nunca llegó a casarse con ninguno de sus maridos, por lo que sus hijos/as, incluyendo a Sor Juana, fueron considerados por tal razón como naturales(eufemismo de "bastardos").
Y aquí comienza a delinearse un perfil claro de la escritora. De la misma manera que Rosalía de Castro, presentada en el número 6 de Foeminas (1837-1885) su crianza no estuvo en manos de su madre y la "ilegitimidad social" fue algo que marcó ambas vidas.
En el caso de Sor Juana, de alguna manera, esta situación contribuyó a su formación y a sus intereses. Sor Juana vivió gran parte de su infancia en la casa de su abuelo materno, Don Pedro Ramírez de Santillana. Su abuelo fue una persona muy influyente durante la infancia de la escritora, ya que era amante de la poesía y la lectura en general.
De esta manera, Sor Juana pasó los años de su infancia acompañada por la lectura y las conversaciones de su abuelo y por la convivencia en el campo, en el pueblo de Nepantla, al pie de los volcanes. En este sitio se delineó parte de su sincretismo poético, ya que por este período aprendió la lengua náhualt para comunicarse con los habitantes de la zona. Gran parte de su escritura es una auténtica recuperación y un diálogo abierto entre culturas, donde está representada la cultura indígena, la española colonial y el criollismo mestizo. Sor Juana elige la comprensión del otro/otra antes que su avasallamiento, rasgo históricamente reiterado en nuestros relatos de mujeres.
Por ello, y acertadamente fue considerada como una ferviente representante y defensora de la cultura mexicana.


Hombres necios…

Los inicios de un feminismo sólido y temprano pueden rastrearse sin lugar a dudas en la obra y la actitud de Sor Juana. Su acción más irreverente frente a la sociedad patriarcal fue su obstinación por el conocimiento. Desde muy temprana edad se volcó a la búsqueda del conocimiento. Su deseo temprano por el saber comenzó cuando acompañaba a su hermana María a sus lecciones de gramática. Por eso, este deseo aparece en la escena de la película de María Luisa Bemberg como un anhelo destacado y un rasgo importante de la personalidad de la escritora. Sor Juana nunca pudo asistir a las clases de la Real y Pontificia Universidad de México, sin embargo con posterioridad, tomará veinte lecciones de gramática, lo que contribuye a mejorar su dedicación a los libros, a la literatura. Sus lecturas más frecuentes fueron las obras de Virgilio, Horacio, Ovidio, San Agustín.
A los trece años, Sor Juana fue a vivir a Ciudad de México a la casa de su tía María. Ya en Ciudad de México tuvo la oportunidad de asistir a la Corte de Don Antonio Sebastián de Toledo, Virrey de la Nueva España y de la Virreina Doña Leonor María de Carreto, de quien fue dama de honor. En la Corte fue venerada por su habilidad poética y sus conocimientos, a pesar de no haber recibido educación académica formal. No obstante, esa misma admiración también está plagada de envidia y odio hacia una mujer que, indudablemente, estaba ocupando un lugar que no le correspondía.
De este modo, señala el escritor y amigo de Frida Kahlo, Javier Villaurrutia, que "todos conocen la anécdota de que una vez fue sometida a un examen por los hombres más ingeniosos y sabios de Nueva España y que ella supo contestar todas las preguntas sobre temas diversos: filosofía, ciencias naturales, etcétera".
En 1880 la situación de Sor Juana ante los ojos de la Inquisición comenzó a complicarse, ya que estaban al acecho enemigos tan poderosos como el arzobispo de México, don Francisco de Aguiar y Seixas, y el obispo de Puebla, don Manuel Fernández de Santa Cruz.
En una de las escenas más importantes de Yo, la peor de todas, se describe su acorralamiento y su renuncia. Es la toma en la que escribe su carta final y expone la frase que da nombra al film. Es su despedida ante el acoso de la iglesia, la sociedad y los hombres necios de su tiempo.



Un claustro propio


El claustro del convento fue para Sor Juana la representación del concepto de Una habitación propia de Virginia Woolf (1882-1941), un lugar donde para ambas escritoras debía estar garantizada la libertad y la independencia creativa.
Sor Juana, una vez que decide ordenarse como religiosa y a su llegada al convento, solicita una celda propia para poder dedicarse por entero al estudio silencioso de sus libros, los cuales va adquiriendo poco a poco y llegarán a la suma de cuatro mil a lo largo de su vida.
Precisamente, hay una escena al principio de la película de María Luisa Bemberg que describe este lugar sagrado de trabajo, su claustro propio. Este encuadre del comienzo presenta a Sor Juana a través de sus instrumentos. Ella está pensando y escribiendo en su escritorio rodeada de sus objetos, sus herramientas de trabajo y sus libros. La imagen de Sor Juana se ve inclinada sutilmente hacia la izquierda. Esto, además de su lugar de trabajo nos permite observar el entorno. La luz artificial ilumina a Sor Juana y su mesa. Se ven los rayos del sol a través de la ventana y hay un foco de luz que se proyecta desde el suelo. La toma, indudablemente, exalta la soledad de Sor Juana y la contraposición con un mundo exterior.
Sor Juana explicita en Respuesta a Sor Filotea, un escrito realizado en base a una carta del obispo Manuel Fernández de Santa Cruz donde se le sugiere que dedica más tiempo a los estudios de las escrituras que a los profanos, las razones que la llevaron a ingresar al convento:
"Entréme Religiosa porque…para la total negación que tenía para el matrimonio, era lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad de mi salvación".
El convento era prácticamente el único lugar que la libraba de la exigencia de la conformación familiar clásica y la aproximaba al camino reflexivo y contemplativo manifiesto desde sus deseos infantiles.
Quizá, la imagen fuerte de su madre, analfabeta y sola, a cargo de su casa, que gobernaba de maravillas, sus tías, mujeres autosuficientes, y una figura masculina ausente cuando no peligrosa, hayan delineado este perfil feminista temprano. Esto se ve muy reflejado en su poema "Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón" y en sus acciones desafiantes contra la imposición patriarcal. Sus manifestaciones son claras y autobiográficas: ella quiere ser reconocida y aceptada con sus desigualdad a cuestas y subvertir los modelos de la época. Sor Juana pide serlo junto al reclamo de sus antecesoras, apelando a su similitud con otras mujeres de la historia en quienes se legitima creando sus propios modelos y estableciendo un nuevo modelo.
Sin embargo, todas las razones la condujeron a entablar una lucha en pos de sus más sinceros deseos y convicciones. Descubrir sus pensamientos, la condujeron a resignar otros espacios de su soberanía.
De este modo, ella encontró, paradójicamente, en ese claustro un auténtico espacio de autonomía.


Extranjera en su patria


"(…)Contempróu cál pasaban e pasaban
collendo hacia o infinito,
sin que ó fixaren nela
os ollos apagados e afundidos
deran siñal nin moestra
de habela nalgún tempo conocido(…)".


Como lo expresaba Rosalía de Castro en su poema Extranjera en su patria, Sor Juana al igual que todas las historias de mujeres de nuestra sección no resultó ser la excepción. Al parecer toda mujer es una extranjera en su patria y en su tiempo.
La peste y la incomprensión firmaron su sentencia de muerte. Sin embargo, su pensamiento quedó expuesto en su obra y su conducta. La misma rebeldía que la llevó a escribir y a conocer fue la que la condenó a la censura y al exilio creativo.
Escribió y se destacó en la poesía amorosa, poesía popular, teatro religioso y profano, sonetos, romanzas e incluso villancicos. Dejó un legado estético y político para todas las mujeres que vivieron junto a ella, lejos y cerca de su patria, fuera y dentro de su tiempo y de su conmovedora historia.


Micaela Fernández Darriba

Hombres necios

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de los mismo que culpáis.

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite es ingrata,
y si os admite es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Más entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cual mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que se cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cual es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón.
acusaréis la afición;
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Sor Juana Inés de la Cruz


Fuentes: Revista Foeminas

http://foeminas.lugo.es/2006/octubre/historia_de_mujeres_cast.htm

La Malinche


Historia de mujeres
La Malinche

El 12 de octubre de 1492 se comenzó a escribir una nueva historia ligada indiscutiblemente a la aparición o descubrimiento de un nuevo mundo. De alguna manera la historia de hombres y mujeres se vio afectada por este proceso. Nuestra manera particular de comprender la historia nos hace remontarnos hacia estas fechas e incluso mucho más allá, ya que en base a estos acontecimientos comienzan a transformarse drásticamente las vidas de muchas de mujeres.

Por eso, Foeminas en su número 21 presenta la historia de una mujer muchas veces discutida y otras muchas cuestionada, pero que encarna un rol y un lugar muy difícil de entender.

El relato que presentamos en este número 21 es el de La Malinche (1502-1529), una mujer que se convirtió en la madre de la nación mexicana, un personaje controvertido y sumamente enriquecedor para analizar la vida de las mujeres de los pueblos originarios de América.

Malineli Tenepatl, La Malinche o simplemente Doña Marina, bautizada así con nombre cristiano, habría nacido en el marco de una familia noble indígena y se cree que fue secuestrada y vendida como esclava siendo ella muy pequeña. Luego de ser tomada como esclava, en su propia tierra, fue cedida a los mayas tras celebrarse un enfrentamiento entre éstos y los aztecas. Al haber sido ofrecida como tributo de guerra desde niña tuvo la posibilidad de hablar su lengua materna, el náhuatl y la lengua maya.

En 1519 fue regalada junto a quince mujeres y algunas piezas de oro al conquistador Hernán Cortés, quien advierte que Malinche al tener conocimiento de distintas lenguas, incluyendo el castellano, puede cubrir las tareas de intérprete o mediadora discursiva. Además de intérprete, La Malinche se transforma en la persona de confianza de Hernán Cortés, a quien dio un hijo. Cortés escribiría en una carta: "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina".

Esta afirmación de Hernán Cortés y un hijo producto de la relación amorosa entre La Malinche y el conquistador hacen que los actos de esta mujer fueran interpretados por la historia de los pueblos de América como la gran traición. Al punto de utilizarse el término en toda América Latina “malinchista” para denominar a la actitud o acción servil del oprimido/a con su opresor, a cierta complicidad del nativo/a con el conquistador.

La historia de las mujeres, sin embargo, es la historia no dicha, es el relato acallado, censurado y que siempre se debe analizar varias veces. La vida de La Malinche es la de la mujer de ayer y de siempre, que se vuelve apátrida por no tener un lugar social. Por eso quisimos rescatar en este número una reflexión fundamental para entender un poco más la historia y para entendernos mucho más a nosotras mismas.

Micaela Fernández Darriba


A continuación reproducimos un trabajo que nos llega desde México de Maribel Hernández Cruz sobre La Malinche.

¿Quién es Malinche?

Pensar en la historia de la educación de las mujeres es llevarnos a una serie de imágenes e ideas que han ido tejiendo la herencia cultural, y que es difícil de entender sin estos íconos fundamentales de gran significación social mexicana, como lo es, entre muchas otras, “La Malinche”.

La Malinche es un personaje mítico-histórico que está sustentado en paradojas tales como la traición, o bien para otros y otras la emancipación. Es parte de la historia más contada de mujeres. Una mujer que por sus marcas de identidad (que son de exclusión) ha sido nombrada y reconocida en muchos libros de historia y literatura so pretexto de ser una mujer compleja.

Comencemos por esbozar algunos puntos representativos de ella para dar pie a una apreciación de su relevancia como sujeto social, político y sexual:

La Malinche se expresa en la historia de la conquista de México, en el momento en que ella fue una de las veinte mujeres que se dieran a Cortés a cambio de paz y tranquilidad. Malinche fue la amante de Cortés y fiel intérprete y auxiliar de los españoles.

Su nombre era Marina (Malinalli, Doña Marina) mejor conocida como Malinche. Era sólo una esclava, un objeto susceptible de canje o de venta.

Al ser bautizada y convertida a la religión cristiana se le impuso el nombre de Marina.

Ella hablaba la lengua náhuatl, de los aztecas, y la maya. Entre los españoles había un sacerdote que había vivido algunos años con un pueblo de lengua maya. Malinche traducía de la lengua azteca a la maya y luego el sacerdote traducía del maya al español. En este punto la Malinche juega un rol de traductora y su lengua viaja por diversos escenarios, propiamente haciendo mediaciones entre españoles e indígenas.

Como traductora, Malinalli ayudaba a Cortés porque sabía las lenguas maya y náhuatl; al mismo tiempo aprendía el español rápidamente. Se la considera como un sujeto dinámico, ya que trataba de incorporar herramientas discursivas al tratar de aprender el castellano.

Como consejera, ponía al tanto a Cortés de las costumbres de los aztecas.

Como amante, Doña Marina dio a luz a un niño que se llamó Martín, el hijo de Cortés. Al tener un hijo con Cortés fue considerada la progenitora del mestizaje. Esta relación intrínseca con Cortés solo condescendía pues él al ser símbolo de poder y representante de la cultura invasora, ese “doña” significa un aporte de poder a Malinche; que se le asignaba por el “poder” intrínseco de Cortés.

Una mujer diferente, en una época difícil

La historia del sujeto “Malinche” es polémica, y como resultaría muy aparatoso desarrollar un análisis de esta índole, aquí solo se hará mención de la connotación que ella tiene como sujeto que se apropió de su ser político y sexual.

En el momento en que la Malinche comienza a hacer uso de su lengua como vehículo tanto de comunicación como en el plano político, estaba tomando conciencia de su ser y la ubicación de éste, ya que a través de las transacciones lingüísticas y corporales podía discriminar, con su propio juicio, qué decir y cómo decirlo.

Además de desempeñar su rol de mujer indígena (como las demás mujeres esclavas) empezó a cobrar mayor presencia, por su importancia para comunicarse entre dos culturas. Además su cuerpo, antes ignorado, comenzó a tomar presencia no solo por la cercanía con Cortes, sino por su inevitable servicio como traductora. Sólo basta echar un vistazo a los códices para ver la posición corporal respecto a Cortés, que en algunos casos se manifiesta con cierta arrogancia.

Ahora bien, aun cuando se puede hacer la crítica, desde otra óptica, de que solo era un objeto para el poder, este argumento queda superado al observarse que Marina luego de estar distante de Cortés, resulta independiente, puesto que, lucha por propiedades para ella y su hijo Martín.

Sin duda, esto expresa rasgos de una mujer que ha tomado conciencia de su ser autónomo, al exigir sus derechos (dejar de ser esclava), de ser libre y de pensarse como sujeto político. Es decir, ella toma decisiones “ante” el poder; este “ante” significa que hace frente (de afrenta) contra lo que la sometía, ella enfrento su subordinación.

Así también, de alguna forma la relación en torno a lo sexual con respecto a Cortés pasó de ser mera situación físico-genital a matizarse por vínculos más estrechos, es decir, afectivos, tal y como lo expresan algunos críticos de la historia. Ahora bien, esta relación le permitió a Malinalli entender la propiedad de su cuerpo, ideas y proyección de éste en un mundo que la oprimía y la determinaba.

No obstante, al entender las sensaciones y percepciones de su cuerpo, su amor erótico hacia Cortés y su inmenso amor de madre, lo trabajó en su vida personal, de tal forma que dejó de ser esclava y pasó a ser una mujer con nombre, propiedad (de ella misma) y un sujeto social reconocido.

Lo que se escribe de Malinche

No existen muchos textos sobre la Malinche de manera específica, aunque sí, estamos impregnados de ella a través de libros de historia y de literatura.

Cada escritor refleja su postura ante esta mujer, en algunos casos es entendida como la traidora puesto que en su función de traductora tenía pactos con el poder (los españoles); sin embargo otros escritores y escritoras, con enfoques distintos, la consideran un icono importante para entender este proceso histórico que se ha denominado la conquista de México.

Asimismo, podemos situar en algunos textos a la Malinche como un símbolo para pensar el giro de ser un sujeto desposeído hasta de nombre, a ser un sujeto reconocido y con movilidad social tanto en aspectos personales como de índole material, ¿qué se posee al tomar conciencia? Ella, además de nombre, autoridad, reconocimiento, poder, autonomía, obtuvo una valoración de ser, una dignidad de sí. Encarnó la apropiación de su ser político-sexual.

Ahora bien, si de escritura se trata, tendré que hacer alusión a Gloria Anzaldúa, escritora contemporánea, escribe sobre la Malinche desde otra interpretación, ya que, hace mención a que en la cultura mexicana atentamos contra nosotros mismos, contra nuestra raza, nuestra cultura, y reivindica el papel de Malinalli o Malinche.

"Estas carnes indias que despreciamos nosotros los mexicanos así como despreciamos y condenamos a nuestra madre, Malinalli. Nos condenamos a nosotros mismos. Esta raza vencida, enemigo cuerpo […] No fui yo quien vendió a mi gente sino ellos a mí. Me traicionaron por el color de mi piel. La mujer de piel oscura ha sido silenciada, burlada, enjaulada, atada a la servidumbre con el matrimonio, apaleada a lo largo de 300 años, esterilizada y castrada en el siglo XX. Durante 300 años ha sido una esclava, mano de obra barata, colonizada por los españoles, los anglo, por su propio pueblo—y en Mesoamerica su destino bajo los patriarcas indios no se ha librado de ser herido. Durante 300 años fue invisible, no fue escuchada, muchas veces deseó hablar, actuar, protestar, desafiar. La suerte estuvo fuertemente en su contra. Ella escondió sus sentimientos; escondió sus verdades; ocultó su fuego; pero mantuvo ardiendo su llama interior. Se mantuvo sin rostro y sin voz, pero una luz brilló a través del velo de su silencio." 1

Esto es un fragmento de protesta de Gloria Anzaldúa, en la cual, narra desde su estilo personal y su enfoque histórico, el que Malinalli no fue traidora, ni culpable, sino que al contrario fue ella una mujer con mínimas condiciones para ser en un mundo social patriarcal, y sin embargo, pudo obtener su libertad y su emancipación.

Destaca que esas mujeres sin voz, ni presencia, están emancipándose porque existen y existieron otras, que emprendieron la lucha a sus espaldas…la historia contada por el poder no enfatiza a las mujeres y menos a las que escaparon de sus manos como Malinche… el poder de la conquista de México presenta una fisura con la Malinche, quién hizo eco en nuestras raíces mexicanas.

La Malinche nos acerca a un horizonte distinto de la vida, en donde manifiesta que a pesar de las opresiones que puedan existir, se pueden abrir caminos, ella abrió brecha, generó conciencia, y obtuvo “voz material”, tangible; Esa generación de conciencia fue la base política en la cual pudo exigir sus derechos y tuvo la oportunidad de vivir y coexistir políticamente.

Fue una mujer que nos dejo una invitación: apropiarnos de nuestras marcas de identidad, para generar conciencia e ir hacia la construcción de nuestro ser político y sexual, para poder vivir plenamente con nosotras, y con los demás, es decir, con “la otredad”.

Maribel Hernández Cruz

Maribel Hernández Cruz

Nació en México, Distrito Federal, el 5 de febrero de 1981. Es Licenciada en Pedagogía y actualmente está por obtener el grado de Maestra en Pedagogía en la UNAM. De manera continua ha trabajado con el tema de género, y su tesis estuvo centrada en la investigación de la sexualidad de las mujeres, destacando en esta, el trabajo en La Malinche.
En 2006 realizó una estancia de investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona para desarrollar tesis de Maestría. Además, participó como ponente en el "VII Encuentro Iberoamericano de Género y Educación" en La Habana, Cuba, en este mismo año.
En febrero 2007 impartió la conferencia "Género y Sexualidad: claves para formar sujetos en una pedagogía de la diferencia" en el Simposio Universitario sobre Educación Sexual, en Cayey, Puerto Rico. Ha realizado reseñas y publicaciones respecto al género, sexualidad y educación. En agosto de este año presentó la reseña del libro “Maltrato: un permiso milenario”, la cual se publicará en el mes de diciembre en la Revista Mexicana de Sociología.

Fuente: Revista Foeminas

http://foeminas.lugo.es/2007/Octubre/historia_de_mujeres_cast.htm